23 septiembre, 2010

El final sin fin



Fin de David Monteagudo.

Fin es un libro que no conocía hasta que mi tio me dijo: "He estado oyendo un programa de radio y hablaban muy bien de un libro que te voy a regalar".

El comienzo de la historia recuerda a los más primitivos cuentos de terror: unos amigos, un bosque alejado, una cabaña, la oscuridad... Pero aquí, el variopinto grupo, se reúne 25 años después cumpliendo una promesa de juventud. Y la mayoría de los asistentes no está demasiado contento con su vida. Secretos y mentiras.
Pero uno de ellos no llega. "El profeta". Al que por lo visto gastaron una broma de muy mal gusto muchos años atrás.
Y mientras observan las estrellas, derrepente una luz, una gran luz deja sin funcionamiento coches, luz, móviles. Aquí empieza la pesadilla: poco a poco y de uno en uno los amigos van desaparenciendo. ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué hay tanto misterio con "el Profeta"?
Te crees un genio y estás currando en una fábrica explicaba David Monteagudo en un artículo de El País. Pero, aunque no se lo imaginara para nada, su novela lleva, al menos, cinco ediciones.

Aunque en la red he encontrado tant buenísimas críticas como devastadoras hasta decir basta. Lo mejor, como suelo decir, es probarlo uno mismo.
Es un libro que atrae, atrae por los problemas personales de los protagonistas y los efectos dispares que produce recibir noticias de amigos, de los que hace años que apenas se sabe nada.
Te engancha tanto que no paras de leer para llegar al FIN, nunca mejor dicho. Y te vas acercando, pero te topas con ciertas descripciones que a veces, creo que sobran.
Los diálogos amenizan la historia, aunque a veces se vuelven demasiado sosos. Y el excesivo uso de puntos suspensivos puede hacerte perder los estribos. Una de las cualidades del escritor es reproducir el habla natural, pero limando imperfeciones...

Y el final. Tanto horror, secretismo, misterio... para llegar a un final que te deja con la boca abierta, sí, pero de lo abierto que lo deja, que apenas tiene cabida ni la más sutil de las sutilezas. O eso me ha parecido a mi.

Todo el bombo y platillo que se ha oído por los medios de comunicación no estaba demasiado fundado. Quizás el hecho de que un hombre que trabaja en una fábrica de cajas (como John Locke de LOST xD) descubra su vocación literaria a los 40 años haya tenido mucho que ver.

Pero no me arrepiento de habermelo leído, está bien poder críticar algo que conoces y también descubrir que nunca es tarde para escribir y publicar.

Y hay que sumarle a todo esto que mi (querido y adorado)
Amenábar ha comprado los derechos... Confío que una adaptación al cine dirigida por este hombre puede ganar mucho.

6,5/10

2 comentarios:

Paulina dijo...[Responder]

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Pasajes románticos dijo...[Responder]

La verdad es que tenía buena pinta.. aunque creo que lo que más me ha gustado es la foto de tu calabaza, jaja.
Bromas a parte no creo que sea un libro para mí.. si cae en mis manos por casualidad, entonces ya se verá.

Un beso

Bea