03 diciembre, 2008

Cementerio "blogosférico"

Año 2000, unos completos desconocidos que se han atraido en una noche de esas sumergidas en los estados alterados de la mente se van a despedir:

-¿Me das tu número de móvil?
- Claro, apunta, es el...


Año 2008, unos completos desconocidos que se han atraido en una noche de esas sumergidas en los estados alterados de la mente se va a despedir:

-¿Me das tu messenger?
-Claro apuntalo en tu móvil.



Esta pequeña introducción es a modo de ejemplo de algo que ya sabemos, algo que nos lo han repetido cómo tropecientas veces: Internet ha revolucionado nuestras vidas... para siempre.
Pero el tema que hoy me atañe no es ni las noches de parranda, ni del ligoteo ni del messenger. El tema que hoy me atañe son los blogs, esta herramienta usadísima hasta el aburrimiento, abandono o incluso su muerte. Y es que los blogs han muerto según dijo el escritor y periodista Hernán Casciari en la charla del cierre del EBE08.




Casciari ha dejado muy claro que habla desde su experiencia y que cómo pertenece al gremio humorístico, tiende a generalizarlo todo. Él no piensa que el mundo de los bloggers y blogueros (castellanizado) se vaya a extinguir, por supueesto que eso es imposible. Pero lo que sí vaticina, es la pasada de moda de los blogs. Muy pocos blogueros "tienen algo interesante que decir" dice Casciari, y ahí se encuentra el quid de la cuestión. En un futuro no muy lejano los blogs activos serán los pertenecientes a todos aquellos periodistas, poetas, escritores, monologuistas, arquitectos... que tengan algo que decir. Todo aquel que tenga un blog por la pura pasión de seguir una moda dejará pronto de prestarleo interés y se pasará al descrubrimiento de otras modas nuevas como son las redes sociales: facebook, tuenti o twitter.




Estas redes sociales son espacio más lucrativos. No es tan importante el posteo de entradas escritas, sino que también se pueden subir videos, fotos y comentarlos. Es un nuevo medio de comunicación entre amigos ya conocidos y para hacer nuevos.
Todos aquellos que como dice Casciari, no tienen mucho que decir u opinar, encontrarán aquí la mejor opcón (o por lo menos una buena) para entretenerse sin tener que comprometerse (implicitamente) a aportar algo más allá con su blog.


El Profesor de Sistemas de Información en el Instituto de Empresa, Enrique Dans afirma en un artículo de su blog explica la esencia de lo que decía Casciari: los blogs estaban de moda hace unos 4 ó 5 años, una nueva fora de publicar sin tener unos conocimientos informáticos apabullantes, era una novedad muy interesante para, y me reitero, los que tenían algo que decir.


Pero con los años muchos blogs han literamente muerto, porque es fácil, muy fácil crearse un blog, pero es muy distinto darle continuidad, la vagancia y la dificultad creciente del ser humano de pensar, interpretar y darle forma son síntomas que conducen a un cementerio "blogosférico". Ya lo anunciaba el investigador y filósofo Sartori en su libro "Homo viddens": debido al influjo de la televisión se ha iniciado un retroceso evolutivo que terminará por convertirnos en descerebrados homo-videns, crédulos, estúpidos e incapaces de pensamiento crítico. Tal vez sea un poco duro, pero sin duda es una de las causas que están ásfixiando poco a poco la blogosfera. ¿Asfixiando? La verdad, diría que por el contrario, están dejándo respirar, por fin, a las ideas, a los pensamientos críticos, a los imaginativos... en definitiva, están dejando el protagonismo a aquellos que de verdad "lo necesitan", lo sienten, lo usan, por eso de que tienen algo que decir.



16 noviembre, 2008

Artículo de Arturo Pérez Reverte



CORSÉS GÓTICOS Y CASCOS DE WALKIRIA

No soy muy aficionado a la música, excepto cuando una canción –copla, tango, bolero, corrido, cierta clase de jazz– cuenta historias. Tampoco me enganchó nunca la música metal. Me refiero a la que llamamos heavy o jevi aunque no siempre lo sea, pues ésta, que fue origen de aquélla, es hoy un subestilo más. Siempre recelé de los decibelios a tope, las guitarras atronadoras y las voces que exigen esfuerzo para enterarse de qué van. Las bases rítmicas, el intríngulis de los bajos y las cuerdas metaleros, escapan a mi oído poco selectivo. Salvo algunas excepciones, tales composiciones y letras me parecieron siempre ruido marginal y ganas de dar por saco, con toda esa parafernalia porculizante de Satán, churris, motos y puta sociedad. Incluidas, cuando se metían en jardines ideológicos, demagogia de extrema izquierda y subnormalidad profunda de extrema derecha. Etcétera.

Sin embargo, una cosa diré en mi descargo. De toda la vida me cayeron mejor esos cenutrios largando escupitajos sobre todo cristo que los triunfitos relamidos, clónicos y saltarines, tan rubios, morenos, rizados y relucientes ellos, tan chochidesnatadas ellas, con sus megapijerías, sus exclusivas de tomate y papel cuché, y toda esa chorrez envasada en plástico y al vacío. Al menos, concluí siempre, los metaleros tienen rabia y tienen huevos, y aunque a veces tengan la pinza suelta y hecha un carajal, éste suele ser de cosas, ideas, fe o cólera que les dan la brasa y los remueven, y no de cuántas plazas será el garaje de la casa que comprarán en Miami cuando triunfen y puedan decir vacuas gilipolleces en la tele como Ricky, como Paulina, como Enrique.

Pero de lo que quiero hablarles hoy es de música metal. Ocurre que en los últimos tiempos –a la vejez, viruelas– he descubierto, con sorpresa, cosas interesantes al respecto. Entre otras, que esa música se divide en innumerables parcelas donde hay de todo: absurda bazofia analfabeta y composiciones dignas de estudio y de respeto. Aunque parezca extraño y contradictorio, la palabra cultura no es ajena a una parte de ese mundo. Si uno acerca la oreja entre la maraña de voces confusas y guitarras atronadoras, a veces se tropieza con letras que abundan en referencias literarias, históricas, mitológicas y cinematográficas. Confieso que acabo de descubrir, asombrado, entre ese caos al que llamamos música metal, a grupos que han visto buen cine y leído buenos libros con pasión desaforada. Ha sido un ejercicio apasionante rastrear, entre estruendo de decibelios y voces a menudo desgarradas y confusas, historias que van de las Térmópilas a Sarajevo o Bagdad, incluyendo las Cruzadas, la conquista de América o Lepanto. Como es el caso, verbigracia, de Iron Maiden y su 'Alexander the Great'.

La mitología –Virgin Steele, por ejemplo, y su incursión en el mundo griego y precristiano– es otro punto fuerte metalero: Mesopotamia, Egipto, La Ilíada y La Odisea, el mundo romano o el ciclo artúrico. Ahí, los grupos escandinavos y anglosajones que cantan en inglés copan la vanguardia desde hace tiempo; pero es de justicia reconocer una sólida aportación española, con grupos que manejan eficazmente la fértil mitología de su tierra: Asturias, País Vasco, Cataluña o Galicia. Tampoco el cine es ajeno al asunto; las películas épicas, de terror o de ciencia ficción, 'La guerra de las galaxias', 'Blade Runner', 'Dune', las antiguas cintas de serie B, afloran por todas partes en las letras metaleras. Lo mismo ocurre con la literatura, desde 'El señor de los anillos' hasta 'La isla del tesoro' o 'El cantar del Cid´. Todo es posible, al cabo, en una música donde el Grupo Magma canta en el idioma oficial del planeta Kobaia –que sólo ellos entienden, los jodíos– mientras otros lo hacen en las lenguas de la Tierra Media. Donde Mago de Oz alude –'La cruz de Santiago'– al capitán Alatriste y Avalanch a Don Pelayo. Donde los segovianos de Lujuria lo mismo ironizan sobre la hipocresía de la Iglesia católica en cuestiones sexuales que largan letras porno sobre Mozart y Salieri o relatan, épicos, la revuelta comunera de Castilla. Y es que no se trata sólo de estrambóticos macarras, de rapados marginales y suburbanos, de pavas que cantan ópera chunga con corsé gótico y casco de walkiria. Ahora sé –lamento no haberlo sabido antes– que la música metal es también un mundo rico y fascinante, camino inesperado por el que muchos jóvenes españoles se arriman hoy a la cultura que tanto imbécil oficial les niega. El grupo riojano Tierra santa es un ejemplo obvio: su balada sobre el poema 'La canción del Pirata' consiguió lo que treinta años de reformas presuntamente educativas no han conseguido en este país de ministros basura. Que, en sus conciertos, miles de jóvenes reciten a voz en grito a Espronceda, sin saltarse una coma.


XLSemanal. Número: 1051. Del 16 al 22 de diciembre de 2007



Óle Reverte. Cómo adoro a este hombre.

Pd: los links son algunas canciones que he buscado por el Youtube
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EDITO:
Comentario personal
He aquí alguien que aunque al principio parece que se dejó engañar por los prejuicios, pero después consiguió ver más allá y descrubrir el fascinante y desgarrador mundo que rodea a la "música metal" en general, y especialmente, en España.
La música, un sentimiento convertido en melodías, percusines y letras... Esa es la verdadera música.

09 noviembre, 2008

Las pantallas no huelen bien

Imaginaros la siguiente situación: Cervantes resucita, de alguna forma, en nuestros días. Su misión es comprobar si su obra maestra (El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, claro) sigue pululando por las bibliotecas o ha influido de algún modo en la historia de algún lugar. Cual es su sorpresa que la primera persona a la que pregunta (una mujer que, de manera despistada y soñadora, escribía en el parque del Retiro madrileño. Eso sí, a golpe de dedo sobre un portátil negro) le dice: "¿De verdad quieres conocer la influencia del Quijote? Si hasta lo tienen en "todoebook".
El manco de Lepanto articula una expresión de horror ante la mención de semejante palabro y desaparece sin más. La mujer simplemente achaca a su estrés la épica visión y sigue subiendo una actualización a su fotoblog.


Así es. ¿Quién diría hace 15 años que podríamos leer a Miguel de Cervantes con un dispositivo de ebooks .



Para empezar diré que un Ebook se trata de un libro electrónico o digital que se puede leer a través de prácticamente cualquier aparato con pantalla.
Es la nueva forma de evitar peso, ahorrar espacio y aumentar la rapidez, como también explica Carolina Zibert en su blog.
Pero en ese mismo enlace encontramos las desventajas como la mala calidad de imágen, la dependencia de Internet o la necesidad de unos conocimientos informáticos para su uso.
Aparte de todo esto, que está muy bien, puedo señalar la maravilla de leer un libro de papel.Cojer un libro, oler sus páginas, descubrir su historia a través de su color, sí sus páginas amarillean o por el contrario deslumbran por su blancura. Comprobar si las tapas son duras o blandas, cuáles son los dibujos de la portada y si muestran relieve, poder dejar una marca en una página que te gustó especialmente... todas esas cositas hacen que la lectura de un libro impreso sea una experiencia diferente. Yo he leído y leo ebooks, aunque lo evito en lo posible.
Claro que conseguirán oleadas de adeptos y se producirán más y más avances en este campo, pero siempre y repito: siempre habrá lectores de libros, LIBROS con mayúsculas.


04 noviembre, 2008

Cachivaches futuristas

Buenas a todos los bloggers y bienvenidos a un mundo de aparatos y cachivaches tecnológicos cargados de periodismo. Durante este año nos adentraremos en los recovecos de nuestra historia, indagarenmos en la creación de la escritura para llegar a todos los avances, hijos bastardos y genialidades que de ella han nacido.

He dicho.



PD: un saludo a todos mis compañeros y mi profesora de Tecnología de la información. :P



Beatriz del Silencio.