16 diciembre, 2009

Claro de luna

Recupero una poesía libre que escribí hace tiempo...
ATENCIÓN: hay que leerla escuchando la sonata CLARO DE LUNA de Beethoven. (Con la que me inspiré)







Claro de luna

Un halo de misterio recorría la estancia,
yo me estremecí entre las frías sábanas.
Después: silencio, un silencio destructor de conciencia…

Me ahogaba, no podía respirar,
sentía mi corazón latir, devastadora señal de alerta.
Después: un suspiro, un suspiro sediento de sangre…

Sin poder aguantarlo más, aullé a lo desconocido,
a lo que me vigilaba desde la oscuridad.
Después: un gruñido, un gruñido espantosamente seductor…

Un brazo congelado me acarició la mejilla,
y delicadamente bajó hacia mi cuello.
Después: un gemido, un gemido sumergido en la perversión…

Sabía que vendrías – sollocé - lo sabía...


Claro de luna me hechizaba,
me pedía exultante que te visitara.
Esta noche – murmuró mi depredador -.

Y el viento susurró…

Otro brazo congelado al mío encarceló,
sin piedad, con fuerza, notaba su presión..
Deseaba soltarme pero ni siquiera me moví,
El viento no susurraba ahora, rugía…

¿Tienes miedo? – rió mi cazador - Claro de luna habrá para los dos.

Acercó sus helados labios a mi oído,
mi cuerpo se estremeció sobrecogido.
El sensual contacto de su arma venenosa,
me regaló la alarma del peligro,
lujuriosa, sí, pero mortal…

¿Sabes lo que haré?... ¿verdad? – susurró -.
Cerré los ojos…


Frenética lucha interior dentro de mí se disputaba,
ansiaba tanto desasirme de su yugo,
como abandonarme a su apetito sobrenatural,
incitante, sí, pero mortal…

El congelado dormitorio se cobijaba,
bajo mi vergonzosa excitación.
Mi raptor me llamaba desde dentro, muy dentro de mí,
"Puedes cerrar los ojos, pero nunca eternamente…"

Como si el claro de luna desistiera,
la melodía se transformó.
Mi alma escuchaba un murmullo,
como en un sueño, me hipnotizó…

Entorné la mirada en la oscuridad…

Era una voz profunda, lasciva,
rápidamente las entrañas me recorrió.
Soltándome, rozó cuidadosamente mi pelo,
e impaciente con mi alma se deleitó.

Mi vientre se revolvió, mis piernas lo abrazaron, y mi dolor se volvió pasión.

Dulce dolor…- pensé
-…que me da la vida que a vosotros os quita - respondió extasiado en mi mente -.

2 comentarios:

malekiv dijo...[Responder]

Es bueno, no te puse ningun comentario cuando lo leí y hay que decir las cosas cuando lo son:)
La prosa poética es un arte.

Anónimo dijo...[Responder]

Muy Bonitoo!!!!