30 diciembre, 2009

La muerte que congela mi corazón

Dícen que la navidad es un período frio pero inmerso en un mágico flujo de calor. Y para mí, y a pesar de todo, era algo parecido. Pero leer noticias como las que de ayer sobre el británico ejecutado en China, me congelan, me recuerdan esta triste, y en mi opinión indignante, realidad en tantos países.
Pienso que la vida humana no tiene precio. No importa lo que haya hecho un ser humano, nadie puede poseer la suficiente autoridad como para convertirse en su verdugo. Y esto sin ponerme a pensar en las tantas vidas que se han demostrado que fueron sacrificadas por error y aquellas muertes de las que tal nunca se sepa la verdad.

Como Schindler decía en la película sobre su lista:
QUIEN SALVA UNA VIDA, SALVA AL MUNDO ENTERO

Un deseo por el que lucho, aunque sea mediante escasos recursos: escribiendo palabras como estas o colaborando con la web de Amnistía Internacional y sus firmas, porque sí se consiguen cosas con pequeños gestos y poco a poco.

Matar es matar

Y ya que es navidad dos regalos:

1- La recomendación del libro: LA MILLA VERDE de Stephen King. Aunque la película también es muy buena, nunca la pillaba para verla, así que, y hace bastantes años, cogí el libro de la biblioteca... Y me fascinó, me marcó para siempre. Emocionante y cruel.

2-Una canción del grupo madrileño: Ska-p: Wellcome hell, sobre la pena de muerte.



Al cabo de los años consiguieron demostrar que yo no era culpable y ya no hay marcha atrás, mi cuerpo está podrido y ya no puedo renacer.

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