17 noviembre, 2009

Crítica sobre el episodio IV: Una nueva esperanza

Su carencia de fe resulta molesta

Un fondo negro. Aparecen unas palabras azul turquesa: hace mucho, mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana… Se desvanecen. Las palabras Star Wars relucen ahora en un brillante amarillo mientras una composición musical gloriosa, ya inolvidable acompaña la escena.
Esto no es más que el comienzo de una de las sagas cinematográficas más grandes de la historia del cine.

La galaxia está en guerra. La Alianza rebelde lucha sin descanso contra el malvado Imperio galáctico. Durante una batalla, espías rebeldes consiguen hacerse con los planos de la mortífera nueva arma del Imperio: la estrella de la muerte, una estación espacial capaz de destruir en unos segundos un planeta entero. Pero la nave rebelde de la princesa Leia es interceptada por los imperiales a la orden del perverso Darth Vader y se ve obligada a salvar los documentos escondiéndolos en un robot llamado R2-D2 en el que también incluirá un grabación holográfica pidiendo ayuda a un tal Obi-Wan Kenobi.
Será Luke Skywalker, un granjero alejado del conflicto, el que encuentre primero a esta unidad robot junto con su inseparable compañero C-3PO. A partir de este momento la vida de Luke se embarcará en una aventura increíble: conocerá al misterioso Kenobi que le instruirá en los caminos de la Fuerza (una especie de energía que rodea a todas las cosas vivas) y los caballero Jedi; se encontrará con el contrabandista más chulo de la galaxia: Han Solo y su leal Chewaka y luchará de primera mano junto con los rebeldes para reinstaurar la justicia y la paz.

Esta historia reúne todos los ingredientes para convertirse en lo que ahora es: una película clásica. Aventura, misterio, acción, romance y comedia felizmente entremezclados con la novedosa concepción del espacio del director y guionista George Lucas. No solamente crea nuevos planetas, sino galaxias, especies enteras con su propio lenguaje, costumbres, vestuario y utensilios. Francamente un trabajo admirable.


Además de todos los elementos "futuristas" que Lucas inventó para la ocasión como las naves espaciales o las armas, la cinta transmite otros conceptos, conceptos eternos como la lucha entre el mal y el bien, la amistad, la fidelidad, el amor, la confianza y como bien nos dice el título: la esperanza.

El elenco de actores es magnífico, cuando veo la película me creo su papel, sus historias, sus diálogos, tienen algo especial a pesar de que el trío protagonista: Luke Skywalker (Mark Hamill), la princesa Leia (Carrie Fisher) y Han Solo (Harrison Ford) eran aún pequeñas luces en el horizonte en comparación con la estrella Alec Guiness que interpreta a Obi-Wan Kenobi, con sus más de treinta rodajea anteriores.
No podría dejar tampoco de destacar otras dos figuras.
En primer lugar a los dos androides: R2-DR y C-3PO por ser la pareja cómica, entrañable y heroica del episodio, y en segundo lugar no puedo dejar de destacar a Constantino Romero por el doblaje al castellano del oscuro Darte Vader, sin duda una interpretación que se nos quedará grabada para siempre.


Una nueva esperanza es sin duda alguna una película que ha marcado a muchas generaciones y seguramente lo siga haciendo, y es que, a pesar de que hayan pasado más de veinte años desde su estreno aún nos siguen sorprendiendo todas esas naves espaciales, sables láser, aparatos de comunicación, criaturas fantásticas y espectaculares decorados unidos todos, bajo esa banda sonora única e irrepetible de John Williams que consigue incrementar la emoción y suspense hasta niveles cósmicos.


Beatriz Martínez Arranz

1 comentario:

Anónimo dijo...[Responder]

valeeeeee dejo de pasar un par de dias y te lias a actualizar buuu :P jaja
perfecto el comentario que realizaste de Star Wars para clase, creo que ya te lo dije, tu redaccion junto con el tema friki... se nota que sabes de lo que escribes y sabes cómo escribirlo jejeje
muy bueno ^^