17 noviembre, 2009

Crítica de Mortal y rosa de Umbral


Mortal y rosa. Francisco Umbral.
Cátedra / Destino. Madrid (2008). 242 págs. 9,50 Euros.

Mortal y rosa, los recuerdos y desvaríos de dos vidas y de dos muertes.

Umbral se desnuda ante el papel. Con su pluma culta, irónica, sarcástica, metafórica y apasionada, se despoja de sus ropas. Su obra, prosa lírica dicen algunos, diario íntimo dice el autor, para mí: recuerdos y desvaríos escritos en clave poética; sin que poética signifique cursi ni pedante. El autor escribe sobre temáticas muy diversas: sus sueños, sus erecciones, su pelo, sus manos, su inmersión de por vida en la literatura... todo para llegar, al final, a un cauce común. Éste argumento escondido que mueve las entrañas de Umbral para que escriba lo que escribe es su hijo pequeño y la enfermedad que le ahoga.
Usa la literatura como válvula de escape a su sufrimiento. Escribir un diario en sus palabras sirve para no morir, pero también para no vivir.
Francisco Umbral, periodista y escritor español escribió Mortal y rosa entre 1972 y 1974 y lo publicó en 1975, poco después del fallecimiento de su único hijo. Esta creación autobiográfica sin duda hace reflexionar al lector sobre muy diversas y muchas veces inconexas cuestiones. Pero también emociona, aunque no busca la lágrima fácil, el autor simplemente de despoja de frivolidades y abre su ser más profundo ante tan cruda realidad.
Umbral no sólo trata sus recuerdos y la muerte de su hijo, también narra experiencias anteriores y momentos con su hijo: dos vidas. Sin embargo siempre vuelve a la muerte de su hijo y a la propia suya; no a la real, no, sino cómo poco a poco su muerto se va apoderando de él. (Dos muertes)
Mortal y rosa es una joya de la metáfora y de la lírica. Su lectura puede resultar complicada o densa debido a la cantidad de metáforas, la numerosa adjetivación o la falta de un argumento fijo. De todos modos esto se supera rápidamente cuando te das cuenta de la grandeza de muchos de sus fragmentos, cuando sonríes al terminar un punto o cuando la emoción te atraganta el corazón al terminar una página.

Beatriz Martínez Arranz


7,5/10 repecto a mis gustos personales y en este momento, pero reconozco que es un libro de 8,5 o 9.

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