28 abril, 2012

Efímera, en pardo y azul.

Buenas tardes, pequeñas libélulas libres, de colores...

 Últimamente traigo las reseñas en desorden respecto cómo me las leí... Esto es un pequeño apunte para recordar. Soy una fanática de los recuerdos.

Hoy toca el turno a Efímera de Lauren DeStefano.

 Efímera me gritó con su preciosa y melancólica portada y por su argumento atrayente de distopía dura e intensa, pero se quedó en un palacete con criadas, chicas llorosas y hombres malvados.

Os pongo en situación: el marco de la novela es nuestro mundo en un futuro en el que las nuevas generaciones mueren demasiado pronto: las mujeres a los veintiún años y los hombres a los veinticinco. (Sí, fijaros, ahora la esperanza de vida es mayor para los chicos) Nadie conoce las causas de esta horrible afección y nadie ha encontrado ninguna cura. Debido a esta inusitada situación, muchas mujeres y niñas son secuestras y obligadas, después, a contraer matrimonio con la idea de que la especie no llegue a desaparecer. Esto es lo que le ocurre a Rhine, nuestra protagonista. Es separada a la fuerza de su hermano y llevada a una espectacular mansión quién sabe dónde para casarse con Linden, un hombre mayor que ella. Allí conocerá a otras dos mujeres que se convertirán en sus hermanas-esposas, ya que en estos tiempos la poligamia se estandariza, vamos, que está de moda.

También conocerá a su suegro, el amo Vaughn, que intenta por todos los medios encontrar una cura contra la prematura muerte de los jóvenes, para poder así, salvar a su hijo. Pero tanto sus intenciones como su ética profesional siempre parecen un tanto siniestras a los ojos de Rhine...
 Y a otro chico, un criado de la casa por el que se sentirá atraída.

 Prácticamente toda la narración se desarrolla en la gran masión, en los jardines y en la cabeza de la narradora, que es la joven Rhine. Conocemos los miedos, los recuerdos, las dudas y los sueños de la protagonista y también sus infinitas contradicciones: quiere escapar de allí, de ese cautiverio pero a a la vez comprende que ha de ser encantadora y obediente para gustar a su esposo y que de este modo, la conceda más libertades en la casa.

Pero a la vez se siente atraída por un criado de la casa, con el que puede ser un poco más ella misma. Y es que Rhine, con un ojo de cada color (a lo David Bowie), uno pardo y otro azul, tiene muchas dicotomías...

 Al principio, la lectura de Efímera se me hacía entrecortada debido a las decenas de párrafos compuestos por tantas frases cortas. Tan cortas que me daba la impresión de que no podía leer de corrido, a gusto, como si me atragantare mentalmente. Pero doy gracias a a la autora porque a medida que avanza la novela, eso va mejorando.

 Otro punto un poco negativo es la falta de acción, la narración está repleta de pensamientos reflexiones que no van a ninguna parte, aunque precisamente eso es lo que desea la protagonista: irse de allí y buscar a su hermano. Páginas y páginas hablando de lo mismo.
Esperaba más misterios, más tensión y más dureza.
 A pesar de ello aplaudo que la autora haya conseguido crear cierta tensión sexual y además, hable del sexo. No lo hace muy explícitamente, pero sí más que en otras novelas de corte juvenil. Y relacionad con esto destaco el tema del sexo con menores, ya que dos de las hermanas-esposas son menores. Lo trata con inteligencia y tacto.

En definitiva: es una novela entretenida y diferente pero no demasiado impactante. De todos modos habrá que darle un voto de confianza, porque como casi todo ya, es una saga, concretamente una trilogía, la del jardín químico (nombre que me chifla, por cierto).

6,5/10

1 comentario:

Elena Castillo dijo...[Responder]

Pues yo le tenias ganas, ahora me quedo con duda *_*