El silencio se mueve, nos escucha y nos habla.

Hola, holita. Ya era hora de que volviera a ponerme con las reseñas que llevo atrasadas desde hace meses. Es el turno de una joyita: EL SILENCIO SE MUEVE de Fernando Marías.

Un ciego mirando al silencio.
¿Hay mayor fracaso, soledad más grande sobre esta Tierra?

Un día, Juan Pertierra, recibe la visita de su vecina Liza. Afirma haber visitado una web, la suya: www.elsilenciosemueve.com y desea contratar sus servicios. Y es que su hija se resguarda en silenciosos momentos de trance y pinta unos extraños dibujos: una casa imponente junto al mar, un hombre amenazante...

Y aunque Juan no siente ganas de aceptar el caso, lo hace por pura curiosidad y extrañeza: la casa de los dibujos es la casa de su infancia, donde vivía con su padre. Es la casa a la que hace tanto tiempo que no viaja...

En este momento comienza una carrera contrareloj, contra un reloj silencioso que grita bocanadas de dolor y de verdad, de vida y de muerte. Juan descubrirá muchas cosas sobre su familia, sobre su pasado, su presente y su futuro. Aires cargados de historia y del más allá guiarán a estos tres personajes: Juan, Liza y Liza, la hija rockera hacia un mismo lugar, hacia unas verdades ocultas en la memoria y bajo tierra.

El silencio se mueve es un producto original y novedoso. Lo llamo producto porque entre sus páginas encontramos novela, cómic, ilustraciones sueltas y guión de cine. Y además está todo involucrado con el mundo de Internet, páginas webs como elsilenciosemueve.com o elenigmapertierra.blogspot.com donde se pueden visualizar elementos de la narración y ayudarte a desenmascarar, aunque sea un poco, los misteriosos enigmas de la trama.

Y tampoco puedo olvidarme de la portada, una portada que es la clave de todo el meollo, como dijo Marías en la presentación que hizo en el XXXIV Salón del Libro Infantil y Juvenil de Madrid. (A la que asistí con una amiga y compañera bloguera, Ligeia de incendiodenieve.blogspot.com, huuula señorina. Las dos en la foto con el autor de la novela y los dibujos)

Es una portada que atrae por su sencillez. Es enigmática. ¿Sangre o pintura? Sólo leyendo la novela podrás descubrir cuán importante es. Es una historia que comencé a leermela una noche lluviosa, muy a tono con la historia, y estuve a punto de terminármela a las tantas de la mañana. Dejé unas 100 páginas porque el raciocinio pudo, por fin, a la nublosa ensoñación, pero lo terminé después en otra sentada.

Atrapa por la trama, a veces muy espiritual con el tema de que el "silencio" te puede hablar, perseguir... moverse,; otras veces espiritual-material: una niña a la que la hablan desde el más allá y escribe extraños dibujos; y otras totalmente dentro del mundo material: la búsqueda, del significado de los dibujos, en definitiva. Todo esto junto llevará a otras muchos misterios e incógnitas por resolver.

Pero sobre todo lo consigue Fernando Marías y su prosa que es un río que fluye con preciosidad. Su agilidad consigue que no perdamos el interés en ningún momento. Es como una carrera que se toma su tiempo, que puede rebajar la velocidad para deleitarnos con sentimientos y pensamientos muy profundos.
Marías ha hecho una historia emotiva y sincera, que me dejó un tiempo pensativa tras su lectura. Es un libro que la editorial ha enfocado a un público juvenil, pero que estoy segura que podría disfrutarlo cualquier persona. Y lo digo muy, pero que muy convencida.

Le doy un 9/10

La dedicatoria de Fernando Marías arriba y la de "Joaquín Pertierra" (padre de Juan, el protagonista) abajo.

--->Próxima reseña: Mihai. Mi historia junto a un Strigoi de Macu Marrero.